viernes, 24 de febrero de 2012

Unos 16.000 canarios desconocen que son celíacos

Unos 16.000 canarios desconocen que son celíacos, una enfermedad que implica una intolerancia permanente al gluten del trigo, cebada, centeno y avena

EFE/ ANA SANTANA Se da en personas predispuestas genéticamente y puede producir retraso del desarrollo y pubertad, además de anemia por falta de hierro.

Estos datos han sido facilitados a Efe por la Asociación Celíaca de la Provincia de Santa Cruz de Tenerife (ACET), que precisa que uno de cada 150 niños padece esta enfermedad, que también afecta a adultos y puede aparecer en cualquier edad.

En Canarias, aunque no existe un censo oficial, se estima que la padece el 0.7-1 por ciento de la población, aunque sólo hay diagnosticados 2.000 enfermos entre las dos provincias, y es dos veces más frecuente en la población femenina.

Estos datos indican que en las islas hay 16.000 personas que padecen la enfermedad sin ser conscientes de ello, pues el tiempo de espera promedio en adultos para ser diagnosticados -no por necesitar pruebas muy difíciles o caras sino por no sospecharlo- es de 8 años.

Esta intolerancia se presenta de distintas formas y en la enfermedad celíaca clásica predominan los síntomas digestivos, aparece especialmente en niños menores de 2 años y en adultos entre los 30 y los 40 años.

En la presentación atípica pueden producirse síntomas muy distintos, como retraso del crecimiento, lesiones en la boca, osteoporosis (huesos débiles) y diarreas, entre otros, lo que dificulta y retrasa el diagnóstico.

El único tratamiento para esta intolerancia es una dieta estricta libre de gluten y por tanto se deben eliminar todos aquellos alimentos que contengan esta proteína, ya sea porque incluyan en sus ingredientes cereales con gluten o derivados de estos cereales (almidones, féculas) o bien por haber sido añadido como antioxidante o vehiculizante de aromas o conservante, como ocurre en muchos de los alimentos manufacturados.

A esto hay que añadir los productos que no incluyen el gluten entre sus ingredientes pero que sí aparece en el producto final debido a la "contaminación cruzada", lo que ocurre de forma muy frecuente cuando en la misma factoría se mezclan cadenas de producción de distintos alimentos, como gofio de trigo y gofio de millo, por ejemplo.

Dado que todavía no existen una normativa ni europea ni española que exija etiquetar de forma clara y real el contenido de gluten de los productos, la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE) edita un libro cada año, que se actualiza por internet cuando es necesario, con un listado exhaustivo de los alimentos sin gluten.

Esto es necesario porque actualmente sólo entre el 20 y el 25 por ciento de los alimentos que se exponen en las estanterías de las tiendas de alimentación están libres de gluten.

Además, existen productos específicos en cuya naturaleza entra el gluten y que pueden ser sustituidos por alternativas válidas para que los celíacos puedan degustar alimentos comopan, galletas y pizza.

Entre las funciones de la ACET están la de impartir formación continua y captar socios colaboradores, que incluyen restaurantes, hoteles o cualquier otro establecimiento que sepa o quiera saber qué alimentos se pueden ofrecer y de qué forma para evitar contaminaciones cruzadas.

Otro objetivo importante es ofrecer a sus asociados recetarios y elaboraciones seguras de dietas sin gluten a través de talleres y seminarios.

Un proyecto muy interesante, y ya realizado en parte, es al análisis de productos alimentarios canarios de gran raigambre popular.

Se está procediendo a analizar estos alimentos para comprobar la cantidad de gluten presente en ellos ya que la cultura culinaria de las ricas es rica en productos y platos que por naturaleza deberían estar exentos de gluten.

El reto es elaborarlos industrialmente con seguridad y garantías y comprobarlo mediante análisis efectuados en laboratorios acreditados, actualmente sólo en la Península.

Una cuestión muy importante es el sobrecoste que suponen los productos específicos, que se calcula en 1.700 euros al año por celíaco, y la ACET ha contactado con diversos departamentos del Gobierno de Canarias para obtener ayudas directas o indirectas para los enfermos celíacos, teniendo en cuenta la asociación familiar con la que aparece esta enfermedad, por lo que no es infrecuente que haya más de un miembro familiar afectado, con lo que supone para la cesta de la compra.

De momento, lo que se ha logrado es una ayuda indirecta al haberse suprimido un impuesto de entrada que antes existía a los productos específicos para celíacos que entraban por los puertos canarios.

Las actividades de ACET se realizan por personal voluntario, ya que sólo se sostiene a través de las cuotas de los enfermos, puesto que actualmente la asociación carece de ningún tipo de ayuda pública.

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